domingo, 27 de abril de 2008

Tragaperras al estilo nipón

Pachinko (パチンコ) es el término que sirve para designar a las máquinas tragaperras japonesas. En realidad, son una especie de híbrido entre el pinball y las antiguas recreativas. No disponen de tantas palancas como el resto de máquinas de este tipo y no se precisa de mucha habilidad para manejarlas.
Los jugadores compran bolas de acero para introducirlas en la pachinko. Si ganan no obtendrán dinero, sino premios, que podrán cambiar por más bolas y jugar más partidas. A diferencia de las típicas tragaperras españolas, las pachinko no son generadoras de dinero, sino de premios, ya que en Japón es ilegal jugar por dinero. No obstante, el premio puede a su vez cambiarse por dinero en algunas tiendas cercanas a los centros de pachinko.

Las bolitas pueden acumularse para ganar premios materiales como bolis, mecheros y otros premios menores, hasta bicicletas y motocicletas. Hay gran cantidad de pachinkos diferentes en cuanto a luces, música, colores, decoración, tamaño, velocidad de las bolas, etc. La máquina de pachinko más famosa es la de la Great Sea Story Series.

Las pachinko se encuentran en establecimientos llamados “Salas de Pachinko”. Las zonas más famosas para jugar en Tokio, la capital nipona, son Shibuya y Shinjuku. Además, hay una zona conocida como pachinkomura, es decir, la Villa del Pachinko.
En Japón existe una ley antitabaco más estricta que la española. Las salas de pachinko son uno de los poquísimos lugares en los cuales está permitido fumar.

Los juegos de azar y las apuestas son ilegales en el país, pero las salas de pachinko son toleradas al considerarse semi-juegos de azar. No obstante, también existen acciones ilegales tras estos salones. Por una parte, algunos encargados de los salones trucan las máquinas para evitar que los clientes ganen. Cerca de la mitad de los propietarios de estos establecimientos son de Corea del Sur, un tercio de ellos son de Corea del Norte y tan sólo una décima parte son japoneses o de otras nacionalidades. Por otra parte, estos lugares han sido frecuentemente relacionados con la Yakuza, es decir, la mafia japonesa.

Las primeras máquinas de pachinko eran mecánicas, pero hoy en día ha habido una evolución muy visible. La primera de estas máquinas fue construida en la década de 1920 como un juguete para niños. Diez años después, en Nagoya el pachinko se convirtió en un pasatiempo para adultos. El inventor de la primera máquina de pachinko fue Takeichi Makamura, un fabricante de vidrio. "Si deseas una vida mejor que los demás, tienes que trabajar tres veces más que ellos, incluso por la noche, mientras ellos están durmiendo", solía decir.

Como era de esperar, este juego fue importado de Estados Unidos, concretamente, a principios del siglo XX. El término Pachinko se acuñó en los años 30 y tiene su origen en el sonido onomatopéyico que realizan estas máquinas al funcionar: “pachi pachi”.

Las salas de pachinko se prohibieron durante la Segunda Guerra Mundial y volvieron a resurgir en los años cuarenta. Debido a la ocupación japonesa de China durante la guerra podemos encontrar máquinas de pachinko también en Taiwán.

La automatización de las máquinas hizo que fuera aún más rápido en lanzamiento de las bolitas, lo que provocó una verdadera crisis social que llevó a muchas personas a su ruina. Así, en 1954 el pachinko fue ilegalizado.

Instrucciones de uso

Hay un modo común de juego a todos los diferentes tipos de pachinko existentes. Se trata de comprar pequeñas bolas metálicas o pachinkodama que se colocan en la máquina a través de una bandeja con la intención de ganar más bolas. El precio normal suele ser 1.000 yenes por 250 bolitas, es decir, unos 4 yenes por bola. En resumidas cuentas, se trataría de unos 6 €, ya que, el yen japonés tiene una equivalencia similar a la de las pesetas.

La máquina tiene una tragaperras digital en una gran pantalla en el centro. El objetivo aquí es conseguir tres números o símbolos iguales para conseguir un jackpot.
El pachinko mueve más de 270.000 millones de dólares cada año. Las cifras recogidas en el Libro Blanco sobre el ocio en Japón apuntan que casi 22 millones de japoneses son asiduos de las Salas de Pachinko. Adam DuShole afirma que la popularidad del pachinko se debe en parte a su simpleza.

El impacto social que ha provocado el pachinko ha sito tal que se ha creado el Pachinko Hakubutsukan (Museo del Pachinko) en Nagoya. Actualmente, este museo exhibe 148 máquinas de pachinko desde las más antiguas que datan de los años 20 hasta aquellas que se jugaban en 1999. La visita permite llevarse un trozo de una de estas máquinas a modo de souvenir.

En Japón existen varios libros y revistas que orientan al jugador para obtener el mayor premio posible. Una de las estrategias más extendidas es jugar a la misma máquina desde que se abre la sala hasta que cierra. De esta manera, el juego consecutivo reducirá las pérdidas, que están programadas para ser de un 30%.

Antiguamente, los diseños de estas máquinas representaban partes de su cultura tradicional. Sin embargo, con la popularización de la televisión, la temática pasó a conocidas imágenes de dibujos animados y libros de cómic. La cultura occidental también ha hecho su efecto en la mente de los diseñadores.


Para saber más:

http://www.pachiuniverse.com/
http://www.japan-zone.com/modern/pachinko.shtml
http://www.mangajin.com/mangajin/samplemj/pachinko/pachinko.htm
http://faculty.ccp.edu/faculty/dreed/Campingart/pachinko/index.htm
http://www.pachinko8.com/play-pachinko.html

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