Un nuevo estudio realizado por las universidades británicas de Durham, St Andrews y Aberdeen y publicado recientemente en “'Evolution and Human Behaviour” (“'Evolución y comportamiento humano”) establece que a través del rostro de una persona se puede saber su predisposición a mantener una relación estable o un simple idilio de una noche, según los rasgos y la forma que posea su cara.
Este estudio fue realizado sobre una muestra de 700 personas heterosexuales de una edad media de 20 años, quienes, en su mayoría, conseguían adivinar qué rostros mostraban cierta tendencia a mantener idilios con cierta brevedad o preferían una relación de larga duración. En este caso, la clave para observar este tipo de señales se encuentran concentradas en la forma de la mandíbula y de los ojos y el tamaño de la nariz.
“Las investigaciones anteriores ya mostraron que los individuos pueden forjarse una opinión sobre alguien sólo a partir de su rostro y así saber, por ejemplo, su estado de salud e incluso ciertos rasgos de su personalidad como la introversión”, explica el doctor Ben Jones, que trabaja en el laboratorio de investigación de la universidad de Aberdeen. “Nuestro descubrimiento va más lejos porque revela que los individuos pueden adivinar las intenciones románticas de sus semejantes a partir de sutiles señales enviadas por el rostro”, agrega.
Los resultados mostraron que los hombres que poseían rasgos más varoniles, como, por ejemplo, la mandíbula cuadrada, la nariz más grande de lo normal o los ojos más pequeños que la media, solían transmitir aires de “donjuanes” con tendencia a relaciones amorosas cortas. Sin embargo, con respecto a las mujeres, los rostros más atractivos para los hombres y quienes eran consideradas más guapas para las mujeres, indicaban una disponibilidad sexual más breve.
“Nuestros resultados sugieren que ciertas personas pueden evaluar la estrategia sexual de otras a través de una simple mirada a su rostro”, declara Lynda Boothroyd, del departamento de Psicología de la Universidad de Durham. Para la investigadora “las preferencias por diferentes tipos de rostro son verdaderamente muy fuertes” y esto queda reflejado en todos los ámbitos de la vida.
De hecho, el estudio podría explicar cómo esas impresiones iniciales pueden ser parte de la identificación de potenciales amigos o rivales la primera vez que vemos a esa persona. No obstante y, tal y como estableció Boothroyd, estos juicios no son absolutamente fiables, sobre todo porque estamos tratando de unas señales en los rasgos faciales que son muy sutiles.
Este estudio fue realizado sobre una muestra de 700 personas heterosexuales de una edad media de 20 años, quienes, en su mayoría, conseguían adivinar qué rostros mostraban cierta tendencia a mantener idilios con cierta brevedad o preferían una relación de larga duración. En este caso, la clave para observar este tipo de señales se encuentran concentradas en la forma de la mandíbula y de los ojos y el tamaño de la nariz.
“Las investigaciones anteriores ya mostraron que los individuos pueden forjarse una opinión sobre alguien sólo a partir de su rostro y así saber, por ejemplo, su estado de salud e incluso ciertos rasgos de su personalidad como la introversión”, explica el doctor Ben Jones, que trabaja en el laboratorio de investigación de la universidad de Aberdeen. “Nuestro descubrimiento va más lejos porque revela que los individuos pueden adivinar las intenciones románticas de sus semejantes a partir de sutiles señales enviadas por el rostro”, agrega.
Los resultados mostraron que los hombres que poseían rasgos más varoniles, como, por ejemplo, la mandíbula cuadrada, la nariz más grande de lo normal o los ojos más pequeños que la media, solían transmitir aires de “donjuanes” con tendencia a relaciones amorosas cortas. Sin embargo, con respecto a las mujeres, los rostros más atractivos para los hombres y quienes eran consideradas más guapas para las mujeres, indicaban una disponibilidad sexual más breve.
“Nuestros resultados sugieren que ciertas personas pueden evaluar la estrategia sexual de otras a través de una simple mirada a su rostro”, declara Lynda Boothroyd, del departamento de Psicología de la Universidad de Durham. Para la investigadora “las preferencias por diferentes tipos de rostro son verdaderamente muy fuertes” y esto queda reflejado en todos los ámbitos de la vida.
De hecho, el estudio podría explicar cómo esas impresiones iniciales pueden ser parte de la identificación de potenciales amigos o rivales la primera vez que vemos a esa persona. No obstante y, tal y como estableció Boothroyd, estos juicios no son absolutamente fiables, sobre todo porque estamos tratando de unas señales en los rasgos faciales que son muy sutiles.
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